miércoles, 23 de noviembre de 2016

PRINCESAS

Llega la Navidad,y con ella su cortejo de excesos consumistas a cual más delirante.
Hay uno que resulta especialmente vejatorio para las mujeres,hembras de la especie o féminas en general.Es esa obsesión tan tipicamente propia de una sociedad patriarcal tal cual es el considerar a la mujer como objeto de uso,disfrute y desecho.
Las TVs  nos inundan con sus fantásticos anuncios de princesas,trajes llamativos y cuentas de colores,todo a mayor disfrute del macho de la especie.
En tiempos de escasez, en Reyes se recibían algunos juguetes,pocos,principalmente de uso práctico.Ahora,nunca es suficiente,sufrimos el acoso de una sociedad pretendidamente rica,que no es tal y con ello la saturación ad eaternum de esa falsa idea de que todas las niñas son princesas.
El oficio de princesa en si es básicamente el haber nacido en una familia poderosa que,llegado el momento,la usa como objeto de trueque para extender territorios,aliarse con vecinos para acuerdos de comercio y estratégicos,aportar dote en forma pecuniaria y territorial y,en el mejor de los casos,parir unos cuantos herederos que perpetúen el poder familiar, y con un poco de suerte pasar por la vida sin que la cosa no vaya a más.
Cierto es que tienen asegurado el alimento,un techo y buenas vestiduras,algo que no sucede a casi nadie,pero a cambio serán toda su vida prisioneras de lujo.
No es así en los tiempos actuales,pero siguen vendiendo lo contrario.
En la invasión mediática de Invierno llega al empalago la cantidad de mentiras apenas disfrazadas que saturan las redes. 

Al parecer las niñas no deben de tener más objetivo en la vida que acicalarse,vender una buena presencia y nunca,nunca,desear otra cosa que ser buenos objetos sexuales.No hace tantos años,las modelos encargadas  de vender estos anhelos al menos eran adultas,hoy vemos a niñas o casi niñas vendiendo su cuerpo a cambio de una buena paga y previo paso por la cama correspondiente.
De autoestima,educación,vocación intelectual pues mira no, no serían tan maleables.
Son para.por y en favor del macho.
Y ahí empieza y termina todo.
Nos escandalizamos ante raptos y atropellos a niñas de otros mundos,pero no lo hacemos ante el abuso sistemático en nuestra sociedad,el lavado de cerebro que supone que una niña haga lo que sea a cambio de una presencia física y éxito social, que viene determinado en gran medida por el hecho en si.
Acaba de convertirse en Presidente un tipo que tiene entre sus aficiones predilectas el elegir misses que al parecer,según sus palabras,se dejan tocar lo que sea necesario.
Excluyen de otras apetencias todo aquello que no vaya encaminado a la exaltación del físico y lo que le acompaña.
El desarrollo intelectual de esas niñas,mientras menos,mejor,y si por casualidad insisten en aprender algo que las pueda llevar fuera del redil,pues anatema.
Hasta ayer el objetivo de una mujer en este suelo,de acuerdo a los cánones,era casarse,tener hijos y ser una buena esposa,que incluía lo de la pata quebrada y en casa,y si había un accidente,pues qué lástima.
Para las que consiguen salir adelante a pesar de todo,este constante asedio les perjudica y mucho.
Siempre serán mejor vistas las princesas sumisas,ciegas,sordas  y a ser posible mudas,que las que descubren que existen más mundos,y están en ellas.
La libertad es un horror,la independencia un sacrilegio,y la formación algo extremadamente peligroso que es necesario controlar al máximo.
Aún y así muchas mujeres consiguieron ser los faros en la niebla para las generaciones futuras,pero apostemos lo que sea que no conseguirán ustedes encontrar biografías,análisis ni otras fuentes de información sobre la gran mayoría de ellas.
La Navidad es un tiempo de Invierno,meditación y planificación de futuro,al menos algunos lo vemos de esta forma.
El haberla convertido también en un mercado y subasta de niñas inocentes lobotomizadas por una publicidad criminal,es un añadido más para no celebrar estas fechas ni sus contenidos denigrantes.
Y todo esto viene a cuento por el hartazgo de princesas de cuento tan irreales como el oficio en si.El sufrimiento de tantas niñas que se sienten miserables por no disponer del adorno de turno.La embriaguez a que conduce tanto mensaje subliminal y,lo que es peor,el apoyo entusiasta de tantos padres que creen que el no va más es poner a la niña en el mercado de la imagen como fin en si.
A todo esto no hay que olvidar que la propaganda que se esconde en estos mensajes es la base de la perpetuación de un sistema político y social que ya comenzó a a abolirse en el siglo XIX,pero que dada su larga estancia entre nosotros todavía insiste en renacer y perpetuarse.
Dicen que el poder crea adicción,supongo que por ahí va el tema,y si a ellos añadimos la cohorte de siervos y serviles,resulta finalmente que es un gran negocio para los detentadores y el comercio que originan.
Pero existen otros mundos,y están en nosotros.

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