lunes, 12 de junio de 2017

LA GUERRA COMO ABOMINACIÓN

Huyendo de la basura cotidiana llego a un puerto muchas veces visitado pero en el que nunca deseé atracar, hablo de la guerra como forma de vida.
La guerra,al igual que la religión,nace del miedo,del miedo a lo desconocido,del terror hacia otras formas de vida que ignoramos.
Muy radical la aseveración,pero opino que bastante cierta.
Desde los tiempos de la guerra antigua,aquí me permito recomendar un librito que leí hace años,"La guerra antigua de Sumer a Roma" de J.Harmand,París,1976.Como dije,radical,si,cierta,también.
No se puede aseverar sobre aquello que no reúne suficientes datos,en Historia eso sería mortal de necesidad,pero si se puede hacer acercamientos razonables a hechos y formas del pasado,especialmente  en base a estudios de campo y textos escritos,si los hubiere.
Parece evidente que,en origen,la guerra,el ataque a otros semejantes, forma parte de un ciclo de supervivencia,atendiendo al alimento del grupo y,no lo olvidemos,el miedo a lo desconocido,al Otro,tan largamente explotado desde entonces.
Pasemos por alto los albores de las distintas civilizaciones,en su mayor parte desconocidas,y centrémonos en tiempos históricos,allí donde los textos escritos narran hechos y justifican destrucciones.
A pesar de todo,sorprendentemente,existieron culturas que sobrevivieron largo tiempo sin murallas ni iniciativas de ataque,son pocas,al menos las conocidas hoy,pero están ahí.
En el mundo Neolítico,en Asia Menor,existió Çhatal Hyük,fascinante mundo de desarrollo agrícola,con poblados sin muros y un matriarcado evidente.
Tenemos también Troya,si,la Troya de Homero que narra en un largo poema la invasión del mundo aqueo,patriarcal,de una ciudad próspera y pacífica cuyas riquezas deseaban los invasores indoeuropeos.
Lo de la manzana,raptos y demás no deja de ser el oropel necesario para justificar la brutalidad de la acción.
Nos movemos en una pinza que va desde más o menos el siglo XV A.C. hasta comienzos del siglo VII A,C.,de acuerdo a las investigaciones efectuadas hasta hoy.
Otra gran civilización,sin muros ni ejército, se da también en el valle del Indo,Harappa y Mohendo-Daro,año 3000 A,C..Desaparecen hacia el siglo VIII A.C.,posiblemente por una alteración orográfica.
La perfecta simetría urbanística,los restos de utensilios y desarrollo arquitectónico siguen asombrando al mundo,y genera una profunda reflexión sobre el gran desconocimiento de nuestro pasado y el origen de lo que hoy se denomina procesos civilizatorios.
Con el inmenso agujero que supone en nuestro conocimiento la ignorancia de la mayor parte de los hechos,llegamos a lo que se inscribe en el tramo histórico,es decir,al periodo en que los textos escritos acompañan a los restos físicos.
Y aquí tenemos la primera gran campaña de imagen de la Historia,la que disfraza los hechos a conveniencia de los vencedores del momento,porque no olvidemos,es vital,que la Historia siempre la escriben los vencedores y,desbrozar o comprender esos hechos supone varias vidas de estudio.

Todavía no hemos salido de aquellas lejanas guerras de expansión,en busca del poder territorial,el acaparamiento de bienes y la sumisión de los vencidos.
Es una hipótesis de trabajo muy interesante el análisis de la guerra como elemento esencial del mercadeo,si atendemos a los hechos,el mercadeo es lo que está detrás de muchas acciones bélicas.
Y la suma de un energúmeno con el mercado produce monstruos.
Continuamos como idiotas irreductibles sometidos a trapos ondeantes,soflamas mentirosas y dioses sanguinarios.
Podría decirse que no hemos avanzado ni un metro desde hace milenios.
Y es aquí donde entra la locura como forma de dominio,o bien por el terror o por ese irracional miedo a la obscuridad que durante tantos siglos nos ha definido.
Aceptados estos supuestos,todo vale,y mientras más engrasada este la maquinaria,mejor que mejor.
La muerte es nuestra única evidencia,todo lo demás es intercambiable,y en honor o por ella,se realizan las mayores atrocidades humanas,porque ahí reside el porqué,el terror a lo desconocido nos lleva a la alienación total.
Solamente el conocimiento y la reflexión mediatiza ese miedo,nos hace más estoicos ante lo inevitable.
Pero no es esa la vía media,en su mayoría,la aculturación,el dominio criminal,el fanatismo religioso,la ignorancia son el sustento de una mayoría,corderos destinados al sacrificio que solamente favorece a los cerdos de la granja horwelliana,al fascio del imperio o a cualquier otro sistema de dominio integral.

La Nación,el Estado Moderno hunde sus raíces en el Estado de Derecho,pero hasta que afloran,las manipulaciones para degenerarlas,empobrecerlas o envenenarlas son múltiples.

En el mundo actual,tomando como precedente el siglo V A,C,por acotar una época,el Estado-Nación es ya un miserable remedo de lo que dijeron grandes sabios del mundo clásico y esa Pléyade milagrosa de los siglos XVI-XVII,referido esto ultimo a lo que se considera Occidente y Medio Oriente.

La realidad,la otra opción está ahí,siempre fue así,pero no interesa la paz a los que se alimentan de sangre humana.Es muy contraproducente la justicia para aquellos  cuyo fin último son ellos mismos y sus siervos.
Hoy los llamamos fascistas,nazis,totalitaristas,,nacen y se regeneran en si mismos.
Hemos avanzado mucho y bien en ciertos campos,ser compasivos ya no es ser idiotas o fácilmente manipulables.
Los DDHH se imponen lentamente,la juventud lo demanda,somos más solidarios,aún y a pesar de energúmenos como Trump,Erdogan,Orban,May o tantos otros que no se resignan a no poseer la cúpula de la pirámide y la pirámide también.Sin perder de vista a los que les sustentan.
Y he aquí la guerra,la guerra perpetua como forma de dominio.
El delirio de los monos locos.
Los carroñeros andan alborotados,cada vez son más los que se cuestionan la guerra como forma de vida,la necesidad de matar,eliminar,para sobrevivir.
Cada vez son más los que ya saben que el desarrollo sostenible es posible y deseable.Que la Paz Perpetua puede ser la cima de los seres humanos.
Pero es tan fácil apretar el gatillo,corromper a cambio de armas para seguir matando.Vivir con el miedo como frontera,sin intentar siquiera ver o comprender al Otro,es tan fácil.
No existen Tribunales en la tierra para reconducir principios ni exigir el cumplimiento de leyes éticas,y si los hay,se les elimina.

Ahora la mentira es oficio y práctica diaria,algo casi imposible de erradicar.
Nos queda la palabra,dijo el Poeta,bien cierto,pero hasta ésta queda apenas audible con el ruido de las armas.
Y volvemos al quid de la cuestión,la guerra y sus derivas,por cierto una de mayores falacias que se han inventado.
Ninguna acción justifica el poner fin a la vida humana.
Cierto es que en un momento de ira profunda,por defender a otros o a uno mismo,se pueda llegar al ataque,pero son excepciones,no generalidades.
La guerra como oficio,superados siglos de ignorancia,fundamentalismos y abusos de poder,no tiene justificación en si misma,NUNCA LA TUVO.
Soflamas de antaño,cargas de caballería,uniformes vistosos, no pasan de ser caricaturas de una realidad mucho más profunda,y esta es que  todos somos iguales,venimos del mismo sitio, y desarrollamos nuestras capacidades en base a una vida mejor,con armonía y paz para todos nosotros y nuestros descendientes.
Y con estas líneas en contra de cualquier forma de guerra,retorno a lo de siempre,a la desiderata que nos justifica como seres humanos.
Insistir,ahondar en esto es necesario si no queremos incrementar en breve las huestes robóticas de la ciencia-ficción.

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